Liam suspiró y agarró su cartera que
permanecía sobre la mesa junto a las llaves de su coche y de casa. Del interior
de uno de los bolsillos con cremallera, sacó unas pequeñas llaves con las que
abrió las esposas, liberando así la muñeca de ____. ¡Por fin! Pensó. Ahora ____
aprovechando la oportunidad que se le presentaba pensaba devolverle la
jugarreta a Liam. Desde pequeña siempre había estado presente en las partidas que
jugaban Louis y su padre y aunque en un principio no entendía bien de que iba,
poco a poco fue entendiéndolo. Hasta que a sus doce años, tras la discusión y
desaparición de Louis, hizo que su padre se centrase en ella y le enseñase a la
perfección de qué iba el póquer. Continuaron así desde ese momento hasta que
____ empezó a ganarle a su padre partida tras partida haciendo que él, amante
de ese juego, perdiese el interés por completo.
_____, una vez libre se sentó en la
silla vacía frente a Liam. Harry viendo la que se avecinada quiso formar parte
aunque fuera de tercera persona, o mejor dicho, de crupier. Le quitó el sitio al que hasta ese momento se había
encargado y se sentó él. ¡Qué empiece el juego!
Harry empezó a barajar las cartas.
Estaba por empezar a repartir cuando ____ se dio cuenta de algo.
-¡Eh! Liam juega con ventaja. Tiene
más ropa que yo, lleva tres cosas y yo solo dos.
-¿Tanto miedo tienes de
perder?-preguntó Liam levantando una ceja.
-No, tan solo busco que sea una
partida justa-contesté retándole con la mirada.
-Tiene razón-intervino Harry para
acabar con la tensión que había entre su amigo y ella.
-De acuerdo, para ser justo. La
primera vez que pierdas no te quitarás nada, ¿te parece?-preguntó acomodándose
en la silla.-Es más, tampoco en la segunda vez que pierdas-dijo muy seguro de
si mismo. Estaba convencido de que como mucho ____ solo se sabía las reglas del
juego.
-Gracias pero no. Al igual que no me
gusta jugar con desventaja, tampoco me gusta hacerlo con ventaja.
-¿Segura?-preguntó él mirándola
mientras se echaba hacia delante para apoyar los brazos sobre la mesa.
-Tan segura como de que estas haciendo
el payaso con ese carmín en los labios-contestó ella evitando que su mirada se
encontrase con la de él.
Liam frunció el ceño llevándose las
manos a los labios para limpiárselos mientras se echaba hacia atrás en la silla
con una sonrisa torcida. Se notaba que a ____ no le había agradado el beso.
-Bueno, ¿empezamos?-cuestionó Harry.
-¡Claro!-exclamó Liam.
Harry dejó de barajar y repartió dos
cartas para cada uno. Ambos las miraron. Liam tenía un as de diamantes y un
nueve de tréboles. Ella, un as de corazones y un cinco de tréboles. Ambos se
miraron y ella inmediatamente dirigió su mirada a las fichas de plástico que
tenía a su lado sobre la mesa. Agarró la apuesta inicial y la colocó en el
centro. Liam la imitó, subiendo la apuesta. Ella achinó los ojos y decidió
igualarle la apuesta. Era la primera partida, no pensaba echarse atrás tan
pronto. Ni siquiera había visto aun las cartas centrales. Una vez igualada la
apuesta, Harry colocó sobre la mesa tres cartas bocarriba. Dos seis, uno de
corazones y otro de picas y una reina de diamantes. ____ volvió a mirar sus
cartas y duditativa, decidió seguir adelante. Las cartas que tenía sobre la
mesa no le beneficiaban mucho pero quizás a Liam tampoco y así era. ____
decidió pasar y no realizar ninguna apuesta. Liam para acobardarla, decidió
apostar haciendo que ____ lo volviese a mirar mal. Él sin borrar la sonrisa de
su cara apoyó su brazo sobre el respaldo de su silla, adoptando así una postura
chulesca que enrabietaba aun más a _____. Ella, tras pensárselo unos segundos,
decidió igualar su apuesta. No quería rendirse, no en la primera partida. Liam,
en sus partidas anteriores, en muchas ocasiones había estado haciendo creer a
la otra persona que tenía buenas cartas pero en realidad no era así. Quizás
estuviera volviendo a hacerlo. Harry al ver concluidas las apuestas, puso sobre
la mesa una carta más, un dos de diamantes. Mala. No le servía para nada y para
Liam tampoco por lo que ambos decidieron pasar y no hacer apuesta. Última
carta. Un siete de picas.
“Peor imposible”-pensó ____.
Las cartas eran malísimas. Ahora solo
le quedaba esperar que lo de Liam fuera peor que lo suyo. Última apuesta. Ella
pasó y él decidió apostar para que se echase hacia atrás y no enseñara sus
cartas. Pero ____ ante la intacta y extremadamente odiosa sonrisa de Liam,
decidió seguir adelante. Ahora tocaba enseñar las cartas. Cuando lo hicieron,
___ se dio cuenta de que él tampoco tenía nada pero por tener las cartas más
altas que las de ella, ganaba Liam.
“Mier**”-pensó ella al ver la
expresión victoriosa del muchacho.
-Lo sabía-dijo Liam agarrando las
fichas que había ganado.-____ mientes muy mal.-Ella se mordió el labio con
rabia tragándose las palabras, no quería dar un espectáculo.-Será mejor que te
retires ahora que estas a tiempo, para la próxima vez que pierdas tendrás que
enseñar carne, mo…ji…ga…ta-dijo Liam con clara intención de cabrearla, aun mas
si fuera posible.
Ella al no aguantar no contestarle, le
hizo un corte de manga que dejaba claro su opinión sobre la idea de retirarse.
-Payne, no cantes victoria tan rápido,
tan solo es la primera partida. Necesitaba tomar contacto. Ahora juguemos en
serio-le sonrió y miró a Harry que acababa de terminar de barajar.
-Vaya, Liam ten cuidado que ____ tiene
cara de saber jugar-bromeó el de los rizos.
-Calla y reparte-dijo Liam sin apartar
su mirada del rostro de la muchacha.
Harry haciendo caso a su amigo,
repartió nuevamente dos cartas a cada uno. Liam, un as de corazones y un siete
de diamantes. ____dos reyes, uno de picas y otro de corazones. Hicieron las
distintas apuestas y cuando sobre la mesa estaban cinco cartas bocarriba,
apostaron por última vez. Liam en ningún momento dejó de retarla a que apostara
más y más. Algo que ____ hacia
encantada, y más con las cartas que le había tocado. Cuando dieron la vuelta a
las cartas, para sorpresa de él, ____ tenía un póker de reyes. Juego que tan solo se superaba con la denominada escalera de color que Liam no tenía.
Ella lo miró con una sonrisa y sin poder resistirlo, le dijo imitándole:
-Liam creo que es mejor que te retires
ahora que estas a tiempo…
-Muy graciosa-ironizó él mientras se
quitaba la camiseta que llevaba dejando al descubierto su fornido torso.
-¿Continuamos?-preguntó ella
victoriosa.
-Desde luego que sí.
Continuará...