En ese mismo día, más tarde, ____
estaba cenando con Max en una pizzería del centro. Max le estaba contando las
cosas en las que había invertido la tarde mientras que ____ simulaba que lo
estaba escuchando aunque en realidad jugueteaba con la masa de la pizza y
pensaba en lo que Harry había comentado aquella tarde: “Cualquiera diría que estabais a punto de besaros. Pero no puede ser.
____ tiene novio y no la veo capaz de ir por ahí besando a otros.” Eso la
había dejado pensativa. Ella no era de esa clase de personas que le ponía los
cuernos a su pareja. Es más, prefería cortar por lo sano y dejarlo todo claro
antes que estar con una persona saliendo con otra distinta. Pero más de una vez
había estado a punto de traicionarse a sí misma y a sus principios por culpa de
un idiota pedante.
-Yendo de camino a recogerte he oído
en la radio que hoy sería la noche más calurosa de todo el verano, alcanzaría
los cuarenta grados-comentaba Max mientras ____ estaba evadida.-Nadie podrá
dormirse hoy…
Éste viendo que ____ no comentaba y
que tenía la mirada fija en la nada, le puso una mano sobre el brazo y cariñosamente
le llamó la atención.
-¡Ey, ____! ¿Me estas escuchando?
Ella al sentir el caliente tacto sobre
su brazo salió de su ensoñación.
-¿Estas bien?-preguntó Max.
-Si, si. Perfectamente-contestó
mirándole con una sonrisa.- ¿Decías?
-Nada importante. ¿Segura que estas
bien? Si quieres nos vamos a casa.
-En serio estoy bien. Solo me había
quedado embobada pensando.
-¿Pensando? ¿En qué?
-En todo y en nada-contestó con
ambigüedad para no contarle la verdad.
Una vez que terminaron de cenar, Max propuso
ir a su casa. Una vez allí, desde el primer momento él dejó claro
las intenciones que tenía en mente. Pasar un buen rato a su manera. Sentados en
el sofá, Max empezó a besarle el cuello y a desabrocharle la blusa. ____ le
seguía el juego, quería divertirse un rato con él pero sus ganas se fueron
cuando al abrir los ojos a quien vio delante suya fue a Liam y no a Max.
Nuevamente su mente volvía a jugarle una mala pasada. Tuvo que cerrar con
fuerza los ojos y volverlos a abrir para evitar esa ilusión. Al imaginar que era
Liam quien la besaba, quien la deseaba, quien la quería sola para él, había
provocado malestar y sin dudar ni un segundo detuvo a Max. Era la segunda vez
que le pasaba pero… ¿por qué?
-Max,
Max, por favor, para-le rogó mientras lo apartaba de ella.
-Pero,
¿qué te ocurre hoy?-preguntó él.
-Nada.
Tan solo… me duele la cabeza-contestó poniendo la excusa más común.
-Bueno,
si es eso…relájate-le sugirió quitándole la blusa ya desabrochada.-Yo me
encargo-le guiñó el ojo y volvió al ataque. La besó y al separarse volvía ser
Liam. Con el pelo hacia atrás, con unos ojos que la miraba con deseo y con una
sonrisa que quitaba el aire.-Prometo ir despacio-dijo Max deslizando su mano
por la espalda de la muchacha en busca del cierre del sujetador haciendo que
____ volviese a la realidad.
-¡No!-exclamó apartándolo de ella.
-¿No
qué?
-No…
no puedo hacerlo.
-¿Cómo
que no puedes?-volvió a besarle el cuello con verdaderas intenciones de llevar
su boca más abajo.
-Max,
para. En serio. No puedo-lo apartó de arriba suyo y se levantó.
Él
molesto la miró y le preguntó grotescamente:
-¿Se
puede saber por qué últimamente eres tan estrecha?
-¿Estrecha?-cuestionó
incrédula.
-Si,
hace días que no hacemos nada.
-Bueno
Max, una relación no solo se basa en el sexo.
-Claro
que no. Nuestra relación es un ejemplo de ello. Siempre tienes una excusa para
rechazarme y la verdad que empiezo a sospechar.
-¿Sospechar?
¿Sospechar, de qué?-preguntó ella sin entender lo que quería decir.
-De
ti y de ese amigo de tu hermano. Liam. A veces pienso que entre vosotros pasa
algo.
-Max
no digas disparates. Entre Liam y yo no pasa absolutamente nada. Solo somos
amigos. Te lo he dicho miles de veces.
-Lo
sé, pero sigo sin creérmelo. Y estoy completamente seguro de que ya te lo has
tirado-soltó groseramente.
-¿Qué?-vocalizó
no creyendo lo que estaba oyendo.-Max eres un imbécil. Será mejor que me
vaya-dijo esquivando a Max para agarrar su blusa.
-Ves,
ni siquiera me lo niegas.
-No
voy a perder mi tiempo en negar algo tan absurdo como eso, Max-le dijo
terminando de abrocharse la blusa.
Minutos
más tarde, ____ estaba caminando sola por la calle rumbo a su casa. Se había
peleado con Max por más de una hipótesis sobre ella y Liam que él había dejado
relucir esa noche y no queriendo estar más en su casa decidió irse. Max se
ofreció a acercarla a su casa, pero se negó en rotundo. Pensó en coger el metro
pero a esa hora ya estaba cerrado, así que no le quedaba otro remedio que ir
caminando a casa. Una media hora de paseo nocturno bajo el cielo estrellado.
Seguía dándole vueltas a la discusión con Max. ¿Por qué había llegado a esa
conclusión? ¿Tan poco se fiaba de ella? Estaba furiosa. Max no confiaba en
ella, aunque era lo mejor para él. Ella tampoco era una santa. Más de una
ocasión había casi caído en la tentación y ese ‘casi’ no era gracias a ella,
sino a distintas interrupciones que habían provocado que no pasara nada entre
Liam y ella. Así que en el fondo, Max hacia bien en dudar. Pero… él no sabía
nada de los encontronazos e igualmente desconfiaba. ____ vivía una batalla
interna consigo misma cuando pisó en falso y se cayó en el suelo rompiéndose el
tacón de su zapato.
-No
puede ser…-vocalizó mirando su calzado.- ¿Por qué soy tan torpe?-se preguntó
así misma quitándose el zapato y mirando si tenía arreglo. Suspiró sulfurada. Se dispuso a levantarse del suelo cuando al
apoyar el pie descalzo sintió un gran dolor en el tobillo. Se lo había doblado
de una forma muy brusca.
-Jolin,
como duele-se quejó.
Tomándose
su tiempo para asimilar el dolor de su tobillo, miró a su alrededor. La calle
estaba desierta y realmente oscura. A penas había farolas y de las que había
dos no funcionaban. “¡Genial! Sola, de
noche, en la calle y con el tobillo lastimado. Perfecta presa para cualquier
psicópata”-pensó ____ haciendo un gran esfuerzo para levantarse del suelo.
Queriendo
llegar ya a casa, se puso a andar cojeando. A cada equis pasos tenía que
detenerse porque su tobillo empezaba a dolerle más y más y las lágrimas en
breve empezarían a asomar por sus ojos. El maldito dolor era insoportable y más
si hacía presión. Continuó un poco más. Seguía sola en la calle. Nadie pasaba.
Tan solo algunos coches que pasaban a toda velocidad pero no les daba mucha
importancia hasta que uno de ellos que iba hacia la misma dirección que ella,
la sobre pasó y se detuvo unos metros más adelante. Ella, extrañada, se detuvo
en el acto. ¿Por qué se había parado y había puesto las luces de emergencia?
Empezando a asustarse, se quedó allí, quieta, observando y dudando si continuar
o no. Lamentablemente si quería irse a casa tenía que pasar al lado de aquel
coche que no le era para nada familiar. Un audi negro. Nadie que conocía tenía
uno. Disimuladamente empezó a dar pasos hacia atrás con la intención de dar la
vuelta y tirar por otra calle cuando la puerta del automóvil se abrió y de él
se bajó una persona. Por las luces, ____ tan solo veía una silueta que iba
hacia ella. Atemorizada se dio la vuelta y echó a andar rápido. A paso ligero.
Ignorando por completo el dolor de su tobillo. El miedo la había invadido.
Continuará...
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