lunes, 12 de mayo de 2014

Capitulo 41.

En ese mismo día, más tarde, ____ estaba cenando con Max en una pizzería del centro. Max le estaba contando las cosas en las que había invertido la tarde mientras que ____ simulaba que lo estaba escuchando aunque en realidad jugueteaba con la masa de la pizza y pensaba en lo que Harry había comentado aquella tarde: “Cualquiera diría que estabais a punto de besaros. Pero no puede ser. ____ tiene novio y no la veo capaz de ir por ahí besando a otros.” Eso la había dejado pensativa. Ella no era de esa clase de personas que le ponía los cuernos a su pareja. Es más, prefería cortar por lo sano y dejarlo todo claro antes que estar con una persona saliendo con otra distinta. Pero más de una vez había estado a punto de traicionarse a sí misma y a sus principios por culpa de un idiota pedante.
-Yendo de camino a recogerte he oído en la radio que hoy sería la noche más calurosa de todo el verano, alcanzaría los cuarenta grados-comentaba Max mientras ____ estaba evadida.-Nadie podrá dormirse hoy…
Éste viendo que ____ no comentaba y que tenía la mirada fija en la nada, le puso una mano sobre el brazo y cariñosamente le llamó la atención.
-¡Ey, ____! ¿Me estas escuchando?
Ella al sentir el caliente tacto sobre su brazo salió de su ensoñación.
-¿Estas bien?-preguntó Max.
-Si, si. Perfectamente-contestó mirándole con una sonrisa.- ¿Decías?
-Nada importante. ¿Segura que estas bien? Si quieres nos vamos a casa.
-En serio estoy bien. Solo me había quedado embobada pensando.
-¿Pensando? ¿En qué?
-En todo y en nada-contestó con ambigüedad para no contarle la verdad.
Una vez que terminaron de cenar, Max propuso ir a su casa. Una vez allí, desde el primer momento él dejó claro las intenciones que tenía en mente. Pasar un buen rato a su manera. Sentados en el sofá, Max empezó a besarle el cuello y a desabrocharle la blusa. ____ le seguía el juego, quería divertirse un rato con él pero sus ganas se fueron cuando al abrir los ojos a quien vio delante suya fue a Liam y no a Max. Nuevamente su mente volvía a jugarle una mala pasada. Tuvo que cerrar con fuerza los ojos y volverlos a abrir para evitar esa ilusión. Al imaginar que era Liam quien la besaba, quien la deseaba, quien la quería sola para él, había provocado malestar y sin dudar ni un segundo detuvo a Max. Era la segunda vez que le pasaba pero… ¿por qué?
-Max, Max, por favor, para-le rogó mientras lo apartaba de ella.
-Pero, ¿qué te ocurre hoy?-preguntó él.
-Nada. Tan solo… me duele la cabeza-contestó poniendo la excusa más común.
-Bueno, si es eso…relájate-le sugirió quitándole la blusa ya desabrochada.-Yo me encargo-le guiñó el ojo y volvió al ataque. La besó y al separarse volvía ser Liam. Con el pelo hacia atrás, con unos ojos que la miraba con deseo y con una sonrisa que quitaba el aire.-Prometo ir despacio-dijo Max deslizando su mano por la espalda de la muchacha en busca del cierre del sujetador haciendo que ____ volviese a la realidad.
-¡No!-exclamó apartándolo de ella.
-¿No qué?
-No… no puedo hacerlo.
-¿Cómo que no puedes?-volvió a besarle el cuello con verdaderas intenciones de llevar su boca más abajo.
-Max, para. En serio. No puedo-lo apartó de arriba suyo y se levantó.
Él molesto la miró y le preguntó grotescamente:
-¿Se puede saber por qué últimamente eres tan estrecha?
-¿Estrecha?-cuestionó incrédula.
-Si, hace días que no hacemos nada.
-Bueno Max, una relación no solo se basa en el sexo.
-Claro que no. Nuestra relación es un ejemplo de ello. Siempre tienes una excusa para rechazarme y la verdad que empiezo a sospechar.
-¿Sospechar? ¿Sospechar, de qué?-preguntó ella sin entender lo que quería decir.
-De ti y de ese amigo de tu hermano. Liam. A veces pienso que entre vosotros pasa algo.
-Max no digas disparates. Entre Liam y yo no pasa absolutamente nada. Solo somos amigos. Te lo he dicho miles de veces.
-Lo sé, pero sigo sin creérmelo. Y estoy completamente seguro de que ya te lo has tirado-soltó groseramente.
-¿Qué?-vocalizó no creyendo lo que estaba oyendo.-Max eres un imbécil. Será mejor que me vaya-dijo esquivando a Max para agarrar su blusa.
-Ves, ni siquiera me lo niegas.
-No voy a perder mi tiempo en negar algo tan absurdo como eso, Max-le dijo terminando de abrocharse la blusa.

Minutos más tarde, ____ estaba caminando sola por la calle rumbo a su casa. Se había peleado con Max por más de una hipótesis sobre ella y Liam que él había dejado relucir esa noche y no queriendo estar más en su casa decidió irse. Max se ofreció a acercarla a su casa, pero se negó en rotundo. Pensó en coger el metro pero a esa hora ya estaba cerrado, así que no le quedaba otro remedio que ir caminando a casa. Una media hora de paseo nocturno bajo el cielo estrellado. Seguía dándole vueltas a la discusión con Max. ¿Por qué había llegado a esa conclusión? ¿Tan poco se fiaba de ella? Estaba furiosa. Max no confiaba en ella, aunque era lo mejor para él. Ella tampoco era una santa. Más de una ocasión había casi caído en la tentación y ese ‘casi’ no era gracias a ella, sino a distintas interrupciones que habían provocado que no pasara nada entre Liam y ella. Así que en el fondo, Max hacia bien en dudar. Pero… él no sabía nada de los encontronazos e igualmente desconfiaba. ____ vivía una batalla interna consigo misma cuando pisó en falso y se cayó en el suelo rompiéndose el tacón de su zapato.
-No puede ser…-vocalizó mirando su calzado.- ¿Por qué soy tan torpe?-se preguntó así misma quitándose el zapato y mirando si tenía arreglo. Suspiró sulfurada.  Se dispuso a levantarse del suelo cuando al apoyar el pie descalzo sintió un gran dolor en el tobillo. Se lo había doblado de una forma muy brusca.
-Jolin, como duele-se quejó.
Tomándose su tiempo para asimilar el dolor de su tobillo, miró a su alrededor. La calle estaba desierta y realmente oscura. A penas había farolas y de las que había dos no funcionaban. “¡Genial! Sola, de noche, en la calle y con el tobillo lastimado. Perfecta presa para cualquier psicópata”-pensó ____ haciendo un gran esfuerzo para levantarse del suelo.

Queriendo llegar ya a casa, se puso a andar cojeando. A cada equis pasos tenía que detenerse porque su tobillo empezaba a dolerle más y más y las lágrimas en breve empezarían a asomar por sus ojos. El maldito dolor era insoportable y más si hacía presión. Continuó un poco más. Seguía sola en la calle. Nadie pasaba. Tan solo algunos coches que pasaban a toda velocidad pero no les daba mucha importancia hasta que uno de ellos que iba hacia la misma dirección que ella, la sobre pasó y se detuvo unos metros más adelante. Ella, extrañada, se detuvo en el acto. ¿Por qué se había parado y había puesto las luces de emergencia? Empezando a asustarse, se quedó allí, quieta, observando y dudando si continuar o no. Lamentablemente si quería irse a casa tenía que pasar al lado de aquel coche que no le era para nada familiar. Un audi negro. Nadie que conocía tenía uno. Disimuladamente empezó a dar pasos hacia atrás con la intención de dar la vuelta y tirar por otra calle cuando la puerta del automóvil se abrió y de él se bajó una persona. Por las luces, ____ tan solo veía una silueta que iba hacia ella. Atemorizada se dio la vuelta y echó a andar rápido. A paso ligero. Ignorando por completo el dolor de su tobillo. El miedo la había invadido.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario