domingo, 18 de mayo de 2014

Capitulo 43.

Acababan de llegar a casa. Liam llevaba a ____ en brazos y habían tenido alguna que otra dificultad para abrir la puerta.
-Confirmado. Hoy estás muy torpe-dijo Liam cerrando la puerta de una patada.
-No tendría que abrir yo la puerta si no me llevaras en brazos.
-Así tardaríamos más.
Liam tras encender la luz como buenamente podía se dirigió a la cocina. Una vez allí, la dejó sentada sobre la isla de la cocina.
-¿Por qué me has traído aquí?
-Será mejor que te pongas algo frío en el pie-le dijo abriendo el congelador.-A ver… ¿qué te apetece? ¿Guisantes o rodajas de merluza?
-Guisantes, sin duda. Muy nutritivos-habló irónicamente.
Liam agarró la bolsa de guisantes congelados y se sentó en el taburete de la isla de la cocina. Con cuidado atrajo el pie de ___ hacia su regazo y le colocó la bolsa en el tobillo. Al entrar en contacto con su piel, ____ se quejó.
-____ tienes el tobillo muy hinchado. Sigo pensando que deberíamos ir a que te lo miren.
-No hace falta Liam. Esto me ha pasado miles de veces. Mañana mi tobillo volverá a la normalidad, ya verás. Pero mañana cuando mi hermano regrese y descanse un poco, le pediré que me lo mire si así te quedas más tranquilo, papá-ironizó la ultima palabra.
-Muy graciosa-comentó apretándole los guisantes contra el pie a propósito.
-¡Liam!-se quejó y él echó a reír.

Tiempo más, ____ estaba tumbada en su cama intentando dormir. Se había duchado y puesto un pijama de verano. En la ducha había tenido más de una dificultad en entrar y salir de la bañera pero con maña lo había conseguido sin tener que pedirle ayuda a Liam. ___ solo sabía dar vueltas en la cama y con cada movimiento, le dolía más su tobillo. Hacía un calor asfixiante. Era de noche y hacía los mismos grados que por la tarde. Tenía la ventana abierta pero por ahí solo entraba aire caliente y tenía el ventilador puesto que tan solo removía el aire por lo que era inservible. Hacía una hora que se había duchado y estaba casi decidida de hacerlo otra vez. Cansada de dar vueltas en la cama y con la boca seca, decidió levantarse e ir a la cocina a por un vaso de agua. Al entrar, no encendió la luz para no molestar a Liam que había dejado la puerta abierta. Aunque tampoco hacia falta. Con la luz que entraba por la ventana de la cocina se podía vislumbrar las cosas como para no chocarse con ellas. _____ fue directa al frigorífico, lo abrió y agradeció el frío que salía del interior. Buscó la botella de agua y tras agarrarla, cerró la puerta de la nevera. Al darse la vuelta se llevó un susto al ver la silueta de alguien sentado en la isla de la cocina.
-Soy yo-anunció Liam.
-¡Joder! ¿Qué haces aquí a estas horas con la luz apagada?-preguntó cuando recobró la compostura.
-No podía dormir-contestó agarrando la copa que tenía ante él de la que tomó un sorbo.
-Yo tampoco-admitió ella.-Hace un calor sofocante y el maldito aire estropeado-dijo sirviéndose agua.- ¿Quieres?-le ofreció y el negó con la cabeza.
-¿Sabes por qué se estropeó?
-No. Fue de un día para el otro-contestó guardando la botella en el frigorífico.
-Mañana podría echarle un vistazo.
-¿También sabes de aires acondicionados? ¿Hay algo que no sepas?
-Solo he dicho que lo voy a mirar, no que lo vaya a arreglar-le sonrió y bebió de su copa.
____ se sentó en el taburete que estaba al lado de Liam y desde esa distancia lo podía contemplar mejor. Llevaba un pantalón de pijama y el pecho al aire como siempre.
-¿Cómo va ese tobillo?-le preguntó mirándola.
-Dolorido, muy dolorido.
-¿Por qué no te pones un rato más los guisantes?
-Me vendrían bien-admitió levantándose.
-No te muevas, voy yo-sacó los guisantes del congelador.- ¿Por qué no te sientas en la isla como antes?-le sugirió.
Ella complacida le hizo caso. Se puso de espalda a la isla e hizo fuerza con las manos apoyadas en ella para subir. Liam la ayudó agarrándola por la cintura y prácticamente sentándola él encima del mueble.
-Tu tobillo sigue igual o peor que antes-comentó Liam acercándole la bolsa al tobillo.-Tienes que tener el pie en reposo pero no paras quieta.
-Eres peor que Louis-se quejó revoloteando los ojos.- No es para tanto-hizo una pausa mientras pensaba algo para cambiar de tema.- ¿Qué bebes?-preguntó curiosa mirando la copa que había sobre la mesa.
-Vino tinto, ¿quieres?
Ella agarró la copa y la olió.
-¿Desde cuándo hay vino en esta casa?-preguntó sacándole una sonrisa a Liam por la forma tan exagerada en que lo había dicho.
-Desde que yo vivo aquí. Soy un aficionado a los vinos por culpa de mi tío-le explicó.
-Vaya. No lo sabía-dijo mirándole expectante.
-Todo empezó cuando Louis y yo nos fuimos una larga temporada. Por una serie de cosas donde tu hermano y yo estuvimos involucrados, mi padre decidió mandarnos a vivir con mi tío a Valladolid; y tu padre no se opuso a ello. Allí, mi tío tenía una bodega inmensa de vinos y al principio no me llamaba la atención pero con el tiempo y por la forma tan entregada que mi tío hablaba de ellos, acabé interesándome.
-¿Y… mi hermano también se interesó?
-No, él, no-contestó con la mirada perdida en la nada.-Él estaba interesado más en otras cosas.
-¿Qué cosas?
Liam se quedó callado mientras meditaba hasta que finalmente le contestó de forma escueta.
-Chicas.
____ frunció el ceño. Le había parecido raro tanto el tiempo que Liam se había tomado para contestar como la contestación. Su hermano era muy tímido en eso de las chicas y juraría que lo poco que él le había contado sobre esta etapa le había que dicho que no había tenido royos ni novia hasta un año, o dos, después de entrar en la universidad porque se pasaba gran parte del tiempo estudiando, todo lo contrario a Liam. Pero ____ no queriendo entrar en ese tema, al menos por esa noche, prefirió ignorar las ideas que rondaban su cabeza.
-¿Y? ¿Te gusta?-le preguntó Liam devolviéndola a la realidad.
-¿El qué?-lo miró frunciendo el ceño.
-El vino-le aclaró.

____ miró la copa que tenía entre las manos y finalmente le dio un sorbo. El vino nunca le había llamado mucho la atención. Es más recordaba la primera vez que su padre le había dado a probar el vino y su rápida reacción de devolverlo a la copa. Pero al probar el vino que estaba bebiendo Liam, le había gustado. Sobre todo por el sabor que le había quedado en la boca. Un sabor de uva y roble.

Continuará...

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