____ echó un rápido vistazo hacia
atrás para ver si la persona había dejado de ir hacia su dirección pero para su
sorpresa esa persona la agarró por la muñeca y le dio la vuelta.
-____ ¿se puede saber que te
pasa?-preguntó esa persona.
Ella moviendo la cabeza para apartarse
el
pelo de la cara, dijo al reconocer a quién tenía delante:
-¿Liam?
-Si-contestó.- ¿Se puede saber por qué
estabas huyendo de mí?
-¡Joder, Liam! Menudo susto me has
dado-dijo aliviada pegándole un puñetazo en el pecho.-Creía que era un loco
que…
-…que te iba a secuestrar-concluyó él
la frase con una sonrisa burlona.- Pobre del que se le ocurra la idea de secuestrarte-bromeó.
-¡Idiota! No me hace gracia. Por un
momento he visto mi vida pasar ante mis ojos.
Liam echó a reír.
-Anda, vamos, miedica. Te llevo a
casa.
____ empezó a andar hacia el coche y
Liam se percató de que no caminaba con normalidad, sino cojeando.
-¿Qué te ocurre? ¿Por qué vas
descalza?
-Me he doblado el tobillo y para colmo
he roto el tacón de mi zapato-dijo mostrándole los zapatos que llevaba en las
manos.
-¿Quieres ir al hospital?-preguntó
preocupado.
-No, no es para tanto. Tan solo me lo
he torcido, creo.
-¿Segura?
-Muy segura. Ya me ha pasado esto más
de una vez, así que despreocúpate.
-¡Qué desastre eres!-exclamó él con
una sonrisa en la cara.-Anda, ven.
-No, no, no-la muchacha negó varias
veces al ver lo que iba a hacer pero no sirvió de nada; ya la había cogido en
brazos.- Liam, bájame. Puedo caminar.
-Al ritmo que vas, llegaremos al coche
por la mañana.
-No exageres. En serio, bájame.
Liam la ignoró y continuó caminando
con la mirada fija hacia el frente. ____ empezó a respirar con dificultad. La
cercanía y el perfume de Liam era embriagador, a pesar de estar mezclado con el
olor de la cerveza. ____ no entendía cómo lo hacia pero lo mirase por donde lo
mirase era perfecto. Su cuerpo desprendía seguridad, una seguridad que la
confortaba. La tenía agarrada con firmeza, pegada a su cuerpo y ella
aprovechando la corta cercanía le rodeó el cuello con sus brazos. Liam al
sentir el contacto, la miró de reojo y le sonrió.
-Es… para no caerme-aclaró ella
avergonzada.
-Me imagino.
Al llegar al coche, Liam abrió la
puerta y con cuidado de no golpearle el pie la sentó en el asiento del
copiloto. Cerró la puerta y dio la vuelta al coche. En el interior Liam tenía
puesto música en un volumen bajo. Tan solo para ocultar el silencio. Los
asientos eran tapizados de color marrón. Realmente confortables. Liam entró en
el coche y la miró.
-¿De dónde has sacado este
coche?-preguntó ella.
-Harry-contestó él con una sonrisa.
Liam se inclinó hacia ella para
agarrar el cinturón de seguridad del copiloto mientras la miraba fijamente,
devolviéndole la mirada. Tiró del cinturón y la rodeó con él.
-Esta noche hemos ido de fiesta y
estaba demasiado borracho para conducir. Así que lo he llevado yo a su casa-le
aclaró mientras encajaba la hebilla del cinturón.
-Sabes que no estoy tetrapléjica y
puedo ponerme el cinturón yo sola ¿verdad?-preguntó ella ignorando su
explicación.
-Lo sé-contestó volviendo a fijar su
mirada en la suya.-Pero sabiendo que hoy estas un poco torpe, he preferido
ponértelo yo para que no rompas el coche-bromeó y dibujó una sonrisa en sus
labios haciendo que ____ se mordiese el labio inferior. Liam descendió su
mirada hasta sus labios y delicadamente le liberó el labio de entre sus dientes-Te
ruego que no hagas eso.
-¿Por qué?-preguntó volviendo a morderse
el labio durante unos segundos a propósito.
-Como te gusta tentarme-dijo con una
sonrisa acomodándose en su asiento y agarrando su cinturón.
Una vez que se lo puso, introdujo la
llave y arrancó. A ____ se le contagió su sonrisa y suspirando con felicidad
miró hacia delante. Tenía que admitirlo. Lo que sentía por Liam ya no era odio.
-Tú también has bebido
¿verdad?-preguntó ella de repente volviendo al tema de antes.
-Un poco-admitió.
-Se nota, apestas a cerveza.
Él la miró de reojo frunciendo el
ceño.
-Culpa de Harry. La mitad de su
cerveza acaba fuera de su vaso por sus idas y venidas-le aclaró.
-Borracho y conduciendo. Menudo
policía estás hecho.
Él sonrió por su comentario y le dijo:
-Espero que me guardes el secreto o
tendré que matarte.
-No serías capaz. Si me matases, poco
después morirías tú de aburrimiento. ¿Por qué si no estoy yo, quién iba a
complicarte la vida para hacértela un poco más divertida?
-Muy cierto-admitió él.- ¿Y se puede
saber qué hacías a esta hora caminando sola por la calle?
-Una larga historia y no tengo ganas
de hablar de ello.
-Entiendo.
____ no tenía ganas de contarle que se
había enfadado con Max por cosas en la que él estaba involucrado de lleno. Quería
olvidarse de eso al menos hasta mañana. En ese momento, empezó a sonar una
canción que a ____ le gustaba mucho. Propuesta
indecente, de Romeo Santos.
-No sabía que te fuera este tipo de
canciones-comentó ella.
-No tengo un gusto especial para la
música. Escucho de todo-dijo deteniéndose en un semáforo en rojo.
Ella empezó a canturrear la canción en
voz baja, tratando de no hacerlo más alto de lo que sonaba. Si te invito una copa y me acerco a tu boca.
Liam la miraba balancearse con los ojos cerrados al ritmo de la música. Que dirías si esta noche te seduzco en mi
coche, que se empañen los vidrios si la regla es que goces.
Liam carraspeó para llamarle la
atención y le preguntó:
-¿Esa es una declaración de
intenciones?
Ella abrió los ojos y lo miró con una
ceja levantada.
-¿Y si así fuera?-preguntó curiosa.
-Bienvenida sea esa propuesta
indecente-contestó mirándola con una sonrisa que quitaba el aire.
Continuará...
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