sábado, 17 de mayo de 2014

Capitulo 42.

____ echó un rápido vistazo hacia atrás para ver si la persona había dejado de ir hacia su dirección pero para su sorpresa esa persona la agarró por la muñeca y le dio la vuelta.
-____ ¿se puede saber que te pasa?-preguntó esa persona.
Ella moviendo la cabeza para apartarse el
pelo de la cara, dijo al reconocer a quién tenía delante:
-¿Liam?
-Si-contestó.- ¿Se puede saber por qué estabas huyendo de mí?
-¡Joder, Liam! Menudo susto me has dado-dijo aliviada pegándole un puñetazo en el pecho.-Creía que era un loco que…
-…que te iba a secuestrar-concluyó él la frase con una sonrisa burlona.- Pobre del que se le ocurra la idea de secuestrarte-bromeó.
-¡Idiota! No me hace gracia. Por un momento he visto mi vida pasar ante mis ojos.
Liam echó a reír.
-Anda, vamos, miedica. Te llevo a casa.
____ empezó a andar hacia el coche y Liam se percató de que no caminaba con normalidad, sino cojeando.
-¿Qué te ocurre? ¿Por qué vas descalza?
-Me he doblado el tobillo y para colmo he roto el tacón de mi zapato-dijo mostrándole los zapatos que llevaba en las manos.
-¿Quieres ir al hospital?-preguntó preocupado.
-No, no es para tanto. Tan solo me lo he torcido, creo.
-¿Segura?
-Muy segura. Ya me ha pasado esto más de una vez, así que despreocúpate.
-¡Qué desastre eres!-exclamó él con una sonrisa en la cara.-Anda, ven.
-No, no, no-la muchacha negó varias veces al ver lo que iba a hacer pero no sirvió de nada; ya la había cogido en brazos.- Liam, bájame. Puedo caminar.
-Al ritmo que vas, llegaremos al coche por la mañana.
-No exageres. En serio, bájame.
Liam la ignoró y continuó caminando con la mirada fija hacia el frente. ____ empezó a respirar con dificultad. La cercanía y el perfume de Liam era embriagador, a pesar de estar mezclado con el olor de la cerveza. ____ no entendía cómo lo hacia pero lo mirase por donde lo mirase era perfecto. Su cuerpo desprendía seguridad, una seguridad que la confortaba. La tenía agarrada con firmeza, pegada a su cuerpo y ella aprovechando la corta cercanía le rodeó el cuello con sus brazos. Liam al sentir el contacto, la miró de reojo y le sonrió.
-Es… para no caerme-aclaró ella avergonzada.
-Me imagino.
Al llegar al coche, Liam abrió la puerta y con cuidado de no golpearle el pie la sentó en el asiento del copiloto. Cerró la puerta y dio la vuelta al coche. En el interior Liam tenía puesto música en un volumen bajo. Tan solo para ocultar el silencio. Los asientos eran tapizados de color marrón. Realmente confortables. Liam entró en el coche y la miró.
-¿De dónde has sacado este coche?-preguntó ella.
-Harry-contestó él con una sonrisa.
Liam se inclinó hacia ella para agarrar el cinturón de seguridad del copiloto mientras la miraba fijamente, devolviéndole la mirada. Tiró del cinturón y la rodeó con él.
-Esta noche hemos ido de fiesta y estaba demasiado borracho para conducir. Así que lo he llevado yo a su casa-le aclaró mientras encajaba la hebilla del cinturón.
-Sabes que no estoy tetrapléjica y puedo ponerme el cinturón yo sola ¿verdad?-preguntó ella ignorando su explicación.
-Lo sé-contestó volviendo a fijar su mirada en la suya.-Pero sabiendo que hoy estas un poco torpe, he preferido ponértelo yo para que no rompas el coche-bromeó y dibujó una sonrisa en sus labios haciendo que ____ se mordiese el labio inferior. Liam descendió su mirada hasta sus labios y delicadamente le liberó el labio de entre sus dientes-Te ruego que no hagas eso.
-¿Por qué?-preguntó volviendo a morderse el labio durante unos segundos a propósito.
-Como te gusta tentarme-dijo con una sonrisa acomodándose en su asiento y agarrando su cinturón.
Una vez que se lo puso, introdujo la llave y arrancó. A ____ se le contagió su sonrisa y suspirando con felicidad miró hacia delante. Tenía que admitirlo. Lo que sentía por Liam ya no era odio.
-Tú también has bebido ¿verdad?-preguntó ella de repente volviendo al tema de antes.
-Un poco-admitió.
-Se nota, apestas a cerveza.
Él la miró de reojo frunciendo el ceño.
-Culpa de Harry. La mitad de su cerveza acaba fuera de su vaso por sus idas y venidas-le aclaró.
-Borracho y conduciendo. Menudo policía estás hecho.
Él sonrió por su comentario y le dijo:
-Espero que me guardes el secreto o tendré que matarte.
-No serías capaz. Si me matases, poco después morirías tú de aburrimiento. ¿Por qué si no estoy yo, quién iba a complicarte la vida para hacértela un poco más divertida?
-Muy cierto-admitió él.- ¿Y se puede saber qué hacías a esta hora caminando sola por la calle?
-Una larga historia y no tengo ganas de hablar de ello.
-Entiendo.
____ no tenía ganas de contarle que se había enfadado con Max por cosas en la que él estaba involucrado de lleno. Quería olvidarse de eso al menos hasta mañana. En ese momento, empezó a sonar una canción que a ____ le gustaba mucho. Propuesta indecente, de Romeo Santos.   
-No sabía que te fuera este tipo de canciones-comentó ella.
-No tengo un gusto especial para la música. Escucho de todo-dijo deteniéndose en un semáforo en rojo.
Ella empezó a canturrear la canción en voz baja, tratando de no hacerlo más alto de lo que sonaba. Si te invito una copa y me acerco a tu boca. Liam la miraba balancearse con los ojos cerrados al ritmo de la música. Que dirías si esta noche te seduzco en mi coche, que se empañen los vidrios si la regla es que goces.
Liam carraspeó para llamarle la atención y le preguntó:
-¿Esa es una declaración de intenciones?
Ella abrió los ojos y lo miró con una ceja levantada.
-¿Y si así fuera?-preguntó curiosa.

-Bienvenida sea esa propuesta indecente-contestó mirándola con una sonrisa que quitaba el aire.

Continuará...

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