miércoles, 29 de enero de 2014

Capitulo 25

Alto con unas piernas kilométricas a las que se ajustaban los pantalones, guapo como tan solo él sabía serlo y extremadamente sexy con esas gafas de sol. Iba uniformado con su uniforme de policía, las botas de cuero y el cinturón de donde colgaba la porra a un lado y la pistola al otro, además de unas esposas. _____ nunca se acostumbraría a verlo así, tan extremadamente imponente. Por dónde iba, se oían a mujeres suspirando encantadas con lo que estaban viendo y más con ese uniforme de policía que le daba una cierta autoridad que llegaba a ser morbosa. Él se quitó las gafas al entrar y colgándoselas en el escote de la camisa, dirigió su mirada hacia _____ que aún permanecía inmóvil con la bandeja en la mano. Liam se sorprendió al verla y sin poder evitarlo dibujó una sonrisa en su rostro. 
-¡Oh, Dios mío!-oyó _____ exclamar a Diana sacándola de su atontamiento.
Ésta miró a su compañera de trabajo que estaba de pie junto a ella con el móvil en la oreja realmente embobada con el recién llegado. 
-Vienen hacia aquí-dijo Diana sin saber a quien dirigirse.-Eh… _____ ponte a trabajar. Vete-comentó queriendo quitársela del medio para atender ella misma al policía.
_____ miró hacia la dirección de Liam y por unos segundos lo vio caminar en cámara lenta hasta ella como una clara traición de su subconsciente.
-¡Vaya! Pero mira a quién tenemos aquí-comentó Liam mirándola con una sonrisa provocando que Diana frunciera el ceño al no entender nada.-Voy a empezar a creer en el destino-bromeó.
-Y yo en la mala suerte-comentó ella dedicándole una sonrisa sarcástica antes de rodearle para seguir con su trabajo.
Él la siguió con la mirada hasta que la vio salir hacia la terraza. 
-¿Quién era?-preguntó un rubio que había entrado con Liam pero que había pasado desapercibido para los ojos de _____.
-Una amiga-contestó Liam mirando a su compañero de trabajo. 
-Esta no será la que…-empezó a decir el rubio cuando recibió un golpe en la boca del estómago por parte de Liam que lo hizo callar al momento-Con haber dicho que si, hubiera sido suficiente-contestó él llevándose las manos al sitio donde le había golpeado.
-Vamos, Niall, pide algo para comer ya, que en breves tenemos que volver al trabajo.
-Yo os atiendo-dijo Diana haciendo que Liam la mirara por primera vez desde que había entrado en el bar.
-¡Perfecto!-exclamó él sonriéndole.
Liam y Niall se sentaron en una mesa de dentro y le dijeron su pedido a Diana que los atendió encantada. Liam tan solo quería un café, había dormido poco por la noche y necesitaba a pesar de ser por la tarde un café que lo mantuviera despierto hasta por la noche; todo lo contrario a Niall que pidió varias cosas para comer. Eran las cinco y hacia poco tiempo que habían comido pero aún así tenía hambre. 
_____ se estaba poniendo nerviosa por momentos, sentía la mirada de Liam encima fuera hacia donde fuera y eso la estaba desconcentrando de su trabajo y haciendo que se olvidase de a que mesa pertenecía los pedidos teniendo que volver a la barra a preguntárselo a Candela. 
-Pero ¿qué te pasa hoy?-preguntó su amiga tras decirle por segunda vez el número de la mesa a la que tenía que llevar las bebidas.
_____ suspiró.
-¿No te has dado cuenta?-preguntó ella mirando a Candela.-Ves esos dos policías que están sentados en la mesa quince-su amiga asintió.-Pues el castaño es Liam.
-¿En serio? ¡Uau! Está…
-Irreconocible, lo sé. Pero como no deje de mirarme e intimidarme prometo ir hacia allí y sacarle los ojos con la cucharilla de su café-dijo enfadada y después se dirigió a la mesa donde tenía que dejar las bebidas.
Tras eso, volvió a la barra. Diana había vuelto a sentarse en el taburete pero esta vez no hablaba por teléfono, solo miraba fijamente hacia los dos policías por si alguno de los dos necesitaba de su ayuda. Ella había sido la encargada de servirles hasta ese momento. 
-Te llaman en la mesa seis-dijo Diana mirándola.
_____ la miró con rabia pero no le dijo nada tan solo fue hacia la mesa en que la llamaban. Diana estaba empezando a ser realmente un incordio pero eso dejó de ser un problema cuando su jefe, el dueño del bar, entró por la puerta. Diana pegó un salto de su taburete y rápidamente se dispuso a atender a todos los clientes, si le fuera posible. Candela y _____ se dedicaron una mirada cómplice acompañada de unas sonrisas. Cuando el jefe venía, muy de vez en cuando, a Diana se le caía la corona de inmediato. Era un hombre mayor con entradas y con alguna que otra cana asomándose por su pelo. Rondaría los cuarenta y cinco años. Era atractivo para esa edad y todas las camareras jurarían que habría sido muy guapo cuando fue joven pero solo a Diana se le ocurriría acostarse con un hombre como él, por un poco de poder y hasta quizás dinero. Él en la mínima posibilidad se aprovechaba para tirarle alguna indirecta a alguna jovencita o para palpar con sus propias manos fuera lo que fuera. Diana siempre se lo había permitido pero tanto Candela como _____ habían conseguido mantener sus manos lejos. Hacia mucho que no iba por el bar. La última vez fue cuando se empezó a rumorear que entre él y Diana había algo más que una simple relación profesional de jefe y empleada hacia ya semanas. Desde entonces quien se había encargado de hacer caja y hacérselo llegar al jefe había sido Diana, quien se había ofrecido encantada. 
-Buenos días, chicas-saludó él yendo a la barra donde estaban _____ recogiendo unas bebidas y Candela sirviendo en la barra.
-Hola-saludaron las dos con una sonrisa.
-Por lo que veo va muy bien el bar-comentó mirando a su alrededor.
-Hola, Andrés-saludó Diana llegando a la barra con una bandeja con vasos vacios.- ¿Cómo estas? ¿Qué haces por aquí?-preguntó muy risueña.
-Vine a ver cómo iba mi bar y a decirte que no hace falta que te ocupes más de hacerme llegar el papeleo del bar.
-¿Y eso?-preguntó de inmediato.
-Porque pienso venir desde ahora todos los días para echar una mano si hace falta-contestó haciendo que Candela y _____ sonrieran disimuladamente por la cara en que se le había quedado a Diana.-Y si no es mucho pedir… Diana ¿podrías venir un momento a mi despacho?
-Por supuesto-dijo muy risueña. 
Andrés se encaminó hacia el despacho, la puerta contigua a la puerta del baño de los empleados, seguido de su perrita faldera, Diana. 
-Me parece que hasta dentro de unos veinte minutos no veremos a Diana-bromeó Candela.
-¡Ojala!-exclamó _____ echando un vistazo al bar por si alguien necesitaba algo cuando vio que Liam levantaba la mano. 
Se reprimió así misma por mirar hacia esa dirección y tomando aire a la vez de valor fue hacia la mesa de Liam.
-¿Qué quieres?-preguntó bruscamente.
-¿Así es como tratas a tus clientes?-preguntó intentando, como siempre, enfadarla.
-No, así es como trato a la gente que me cae mal…-contestó.- ¡Ah! Y espero que te guste el café. Le he añadido un nuevo ingrediente. A ver si lo adivinas.
-Te creería si no fuera porque el café me lo ha traído tu compañera.
-Bueno, no me creas-comentó indiferente.-Y si no quieres nada, me voy porque tengo que seguir trabajando.
-No, no. Espera ¿podrías traerme una bolsita de azúcar? 
-Tienes una ahí mismo-comentó haciendo referencia a la que estaba sobre el platito al lado de la taza del café.
-Lo sé, pero me gusta que el café esté dulce. Y por favor no te equivoques con la sal-bromeó haciendo que ella lo mirara con los ojos achinados.
_____ haciendo un gran esfuerzo porque se trataba de Liam, fue hacia la barra y le trajo lo que pedía.
-Aquí tienes-dijo dejándoselo encima de la mesa.
Estaba a punto de irse cuando él la volvió a llamar:
-Espera, espera. No te vayas. ¿Serías tan amable de traerme otra cucharilla? Esta se me ha caído al suelo.
-¿Y por qué no me la has pedido cuando me has pedido el azúcar?
-No sé, no… no me apetecía-contestó él sin cortarse.
Ella tomó aire para no hacer nada de lo que se arrepintiese y fue a la barra a por la cucharilla. Cuando regresó, antes de dejársela y como venganza por tomarla por tonta, se metió la cucharilla en la boca y se la sacó lentamente mientras pasaba la lengua alrededor. 
-Tu cucharilla-comentó extendiéndosela.
-Eres…
-¡Eh!-exclamó ella interrumpiéndole antes de que la insultara.
Al ver que no agarraba la cucharilla, decidió metérsela en el café.
-Espero que disfrutes de tu café-comentó yéndose.
Niall sin poder contenerse echó a reír por la cara que había puesto su amigo. Liam tratando de aparentar enfadado no resistió a la risa de su amigo y en su rostro se esbozó una sonrisa. Cualquier día de esos, _____ acabaría matándolo pero no podía negar que le encantaba que ella fuera así; con carácter.

Continuará...

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