domingo, 8 de diciembre de 2013

Capitulo 1.



Hacía calor mucho calor. Era 23 de julio, pleno verano y se hacía insoportable salir a la calle. El poco aire que corría era seco y caliente, muy caliente. Se hacía difícil hasta respirar. No había nadie en la calle, todos estaban refugiados en sus casas con el aire acondicionado a tope; y algún que otro adicto a la cerveza se atrevía a ir a algún bar para solventar el mal trago que le estaba haciendo pasar el verano. _____ era una valiente. Era la única que deambulaba a las cuatro de la tarde por las callejuelas del centro camino hacia su trabajo. Era camarera en un bar muy conocido del centro desde hacia unos meses. No era el trabajo de sus sueños pero le permitía pagar mitad del alquiler en el piso donde vivía con su hermano mayor y ahorrar para poder pagarse la carrera de derecho. Al terminar el verano, empezaría el tercer año y tenía mucho que ahorrar para poder matricularse en todas las asignaturas de ese año y si no tuviera suerte en los exámenes de septiembre, en las dos asignaturas pendientes de segundo año. Hacía lo que podía y como podía por sus propios medios. Ella no contaba con unos padres que le diesen regalos día si y día también. Ni que le pagasen la carrera. No podían. Ellos habían muerto en un accidente de coche prácticamente un año atrás, a finales del verano. Una tragedia que dio un giro a su vida. Paso de ser la risueña y maravillosa hija de un prestigioso médico del hospital de la ciudad y de su mujer para ser una huérfana desamparada que hubiera sucumbido a cualquier mal de la vida para poder afrontar los problemas con los que se había encontrado. Pero contó con la ayuda de su hermano, Louis, quien la acogió con los brazos abiertos y la llevó a vivir con él. Tras todo el paripé del reconocimiento de cuerpos, en el cual no formó parte por orden estricta de su hermano, y del funeral y posterior incineración, _____ logró recuperar fuerzas y hacer frente a la vida sin las dos personas más importante de su vida. Por eso se propuso terminar la carrera fuera como fuese y así seguir los pasos de su madre, al igual que su hermano había seguido el de su padre. Una promesa que estaba dispuesta a cumplir.
Su hermano le había dicho miles de veces de pagarle la carrera pero ella se había negado en rotundo en múltiples de ocasiones y sobre todo las veces en que le entregaba la mitad del alquiler a su hermano como aquella mañana...
-Vamos, _____, déjame aunque sea pagarte la mitad de la carrera-decía Louis exasperado.
-¡Te he dicho que no!-exclamó _____.
-Vale, está bien. No te pago la carrera pero coge este dinero-dijo acercándole el pequeño montón de billetes que anteriormente _____ había dejado sobre el escritorio de Louis.-No hace falta que pagues este mes tu parte del alquiler. Sabes perfectamente que en la clínica  gano lo suficiente como para mantenernos a los dos sin problemas. Así que agarra esto y mételo entre tus ahorros.
-Siempre la misma historia…-vocalizó _____ en voz baja poniendo los ojos en blanco.-Todas las veces que te pago me dices lo mismo y me da exactamente igual lo que ganes; sabes que no voy a permitir que te hagas cargo tú solo de toda la casa. Ya me duele no poder ayudarte con otra cosa que no sea el alquiler…
-_____, sabes que a mi no me importa…-empezó a decir Louis.
-Ya-lo interrumpió.-Pero a mi sí. Así que deja de evitar que te pague lo que me corresponde porque ten por seguro que no daré mi brazo a torcer.
-¡Mira que eres testaruda, eh!-exclamó Louis.
-Lo sé, gracias, es una característica que compartimos, hermanito-le sonrió dulcemente mientras se disponía a salir del escritorio de su hermano.
-Pues que sepas que con el dinero que me has dado, me iré de compras y…
-Me da exactamente igual lo que hagas con el dinero,-le interrumpió nuevamente deteniéndose bajo el marco de la puerta para mirarlo.-Yo ya te lo he dado y ya me siento en paz conmigo misma.
-Y…-prosiguió.-Te compraré ropa porque no se cómo puedes llevar esos pantalones cortos que están totalmente rotos.
-Es la moda, hermanito. Y para tu información cualquier cosa que me regales que supere los dos euros, ten por seguro que los tirare a la basura o los donare a la caridad-una vez que concluyó, sonriendo le lanzó un beso a su hermano y desapareció por el umbral de la puerta para evitar esa estúpida conversación que no acabaría en nada.
Louis resopló y se echó hacia atrás en la silla de su escritorio.
-Mamá por favor dame fuerzas para aguantarla-dijo en voz alta mirando hacia el techo.

_____ estaba sudando la gota gorda y la revista que llevaba en la mano encima de su cabeza no le servía para a penas nada, tan solo para que el sol no le diera directamente en los ojos y de vez en cuando se abanicara con ella tratando de buscar algo de frío entre tanto calor. Tenía la suerte ir con pantalones cortos y una camisa ancha.
Cuando por fin llegó y entró en el bar donde pasaba la mayor parte del  tiempo, solo pudo decir:
-¡Esto es vida!
Agradeció que el local contara con un aire acondicionado envidiable.  Tras darse unos segundos para recomponerse, se dirigió a la barra donde estaba una de sus compañeras de trabajo y sin duda su mejor amiga atendiendo a la clientela.
-Hola, Candela.
-Hola, ______-la saludó con una sonrisa.-Menos mal que has llegado se me estaba haciendo insoportable aguantar a la teñida yo sola-se bufó y ambas se rieron.
-¡______ al rescate! Me cambio y te ayudo-dijo enseñándole la bolsa donde llevaba su uniforme.
______ se dispuso a ir al baño del servicio cuando una voz conocida a su espalda dijo:
-Llegas tarde.
______ se dio la vuelta para mirar quien hablaba y se encontró con una rubia alta que vestía el uniforme del trabajo personalizado por ella que la distinguía de  todas las demás, aparte de la larga cabellera rubia y lisa que llevaba agarrada en una coleta alta. ______ miró el reloj de pulsera que llevaba.
-Llego tarde solo diez minutos-se quejó.
-Igualmente-espetó.-Llegas tarde y… tendré que decírselo al jefe para que te lo descuente de tu sueldo.
-Oh, claro y él te hará caso porque como últimamente habéis estado confraternizando tanto vosotros dos en la cama ¿verdad, Diana?-la retó con la mirada.
-No sé qué estas insinuando pero por esta vez te la dejaré pasar… si mañana vuelves a llegar tarde, se lo diré al jefe-dijo dándose la vuelta para seguir con su trabajo.
______ empezó a hacer gestos con las manos dejando claro sus ganas de estrangularla mientras difamaba en voz baja:
-Rubia teñida. Víbora. Arpía. Chup…
-¿Qué has dicho?-preguntó Diana dándose la vuelta y mirándola desafiante.
______ abrió los ojos de par en par y se mordió el labio inferior con miedo. Mierda, la había oído.
-Na…nada. ¡Qué tengas un buen día!-dijo tan pronto le vino esa idea a la cabeza.

Diana la miró de arriba abajo con desprecio y después de marchó dejando tras de sí el sonido producido por sus tacones. ______ revoloteó los ojos exasperada.

Continuará... 

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