_____ entró en el cuarto de baño del
personal y dejó la bolsa sobre el lavabo. Empezó a quitarse la camisa cuando la
puerta se abrió. Pegó un respingo y rápidamente se tapó como pudo.
-¡Se llama antes de entrar!-exclamó.
-Soy yo, soy yo-dijo Candela cerrando
la puertas tras de sí.
_____ al ver que era su amiga continuó
desvistiéndose. Candela y ella ya habían compartido y vivido de todo juntas
desde que eran pequeñas y ______ no iba a sentir pudor delante de su amiga
después de tanto tiempo.
-¿Qué te ha dicho la teñida?-preguntó
Candela apoyándose en la pared con los brazos cruzados.
-Nada, una estupidez…-respondió
moviendo la mano en señal de que era una gran tontería.-Diana, o como tú la
llamas ‘la teñida’, se está creyendo la reina del lugar por estar acostándose
con el jefe…-soltó un bufido.
-Si, y por tu bien yo me andaba con
ojo…-le aconsejó su amiga.
-¿Y eso por qué?-preguntó ______
alisándose la falda de su uniforme que se acababa de poner.- ¿Desde cuándo
tengo que tenerle miedo a esa?
-Desde que te tiene entre ceja y ceja…
-Buah, desde el primer momento le caí
mal y lo sabes-______ sonrió.-Así que ¿para qué preocuparse ahora?-preguntó
terminando de ponerse el delantal.
-Porque ahora es la niñita mimada del
jefe y hará lo imposible para que te eche.
-Y yo haré lo imposible para que eso
no pase-dijo ______ guardando su ropa de calle en la bolsa que traía y
guardando todo en su taquilla.-Anda vamos, que nuestros clientes nos
esperan-dijo sonriendo.
Ambas amigas salieron del cuarto de
baño y se dispusieron a trabajar; ofreciendo su mejor sonrisa a los clientes y
mucha gratitud cuando le dejaban propinas.
Candela habitualmente trabajaba detrás
de la barra mientras que ______ atendía a los clientes de las mesas. Diana por
lo general también atendía las mesas pero la mayor parte del tiempo se la
pasaba ordenando cual domador de leones o caballos y a penas movía un dedo.
Por la noche, a la hora de cerrar,
como era costumbre siempre que Candela y _____ tenían el turno de tarde se
quedaban las últimas para cerrar. _____ aprovechaba que los baños del personal
tenían duchas y se bañaba allí para no tener que hacerlo cuando llegase a casa
y con tan solo ponerse el pijama podría meterse directamente en la cama y
descansar. Mientras se duchaba, Candela se entretenía leyendo una revista de
cotilleos que había encontrado entre las cosas de su amiga.
-Oye, ¿esta revista es tuya, _____?
Creía que no te iba el cotilleo ni esas cosas-comentó la amiga ojeando las
páginas.
-¿Qué?-asomó la cabeza por entre la
cortina.- No, no es mía. Me la encontré en un banco del metro y traté de que me
resultara útil contra el sol-aclaró cerrando el grifo de la ducha y empezando a
secarse con la toalla.
-Oh, me imagino-vocalizó sin hacerle
mucho caso.- ¡Ay, voy a ver que me depara el futuro!-exclamó buscando el mítico
horóscopo que salía en todas las revistas.
-No me creo que creas en esas
chorradas.
-Y no lo hago pero ¿y si acierta?
-Claro, Candela-dijo revoloteando los
ojos.
-A ver….soy libra. Leo lo que
pone…-carraspeó.-“Amor: Ese chico te gusta más que un heladito de chocolate en
pleno mes de julio ¿eh? Pues no dejes que se derrita al sol y dale un buen
lametón”-Candela echó a reír.
-Vaya, Cande, así que hay alguien que
te produce maripositas en la barriga cada vez que lo ves-dijo _____ de broma,
tratando de entrar en el juego de su amiga.
-¡Ui, si! Como no sea el viejo ese que
me piropea cada vez que me ve deambulando detrás de la barra...-dijo poniendo
los ojos en blanco.
-Uh, pues yo lo veo un buen partido,
Cande. Bajito, regordete, con entradas, algún que otro pelo negro entre toda su
melena blanca… ¡Es ideal!-ambas se echaron a reír.
_____ ya había terminado de vestirse y
tras la locura que salía en el horóscopo, se había planteado por qué su amiga
no tenía novio. Candela era una chica muy cariñosa, responsable, risueña, buena
persona, atenta con los demás, se preocupaba por sus seres queridos... y
además, era muy guapa. Morena de pelo marrón oscuro, ondulado y largo, sus ojos
eran marrones oscuros y grandes. Sin duda lo más característico de ella, además
de los labios. Los tenía carnosos y rosados, que contrastaban con sus dientes
blancos cada vez que sonreía. Candela desde hacía un año y medio vivía sola en
un piso en el centro. Se había independizado de sus padres porque estaba harta
de aguantar a su hermano pequeño y, en un principio, quería probar si la idea
de vivir sola le gustaba; y desde luego que le gustaba. Podía hacer lo que
quisiera, cuando quisiera sin tener que lidiar con nadie. Pero por lo que le
contaba a _____ a veces se sentía sola, extremadamente sola y extrañaba la
compañía de sus seres queridos. Aunque contaba con la suerte de que no vivían
muy lejos, a unos veinte minutos de su piso, y podía ir a visitarlos siempre
que quisiera.
-¿Y?-preguntó Candela mirándola.
-¿Y, qué?-cuestionó _____ saliendo de
su ensimismamiento.
-Qué que horóscopo eres.
-Oh, no. Déjate de tonterías, sabes
que no creo en eso-comentó secándose el pelo con la toalla.
-Ya, ni yo. Pero es divertido, leer
las cosas que pone.
_____resopló.
-Si no recuerdo mal…creo que soy
Piscis-dijo cediendo.
-Mmm…piscis. Leo: “Amor: Un tropezón
inesperado te hará caer en brazos de ese chico que ya tenías mas que olvidado que
volverá a reaparecer para poner tu vida patas arriba”-Candela la miró
expectante.- ¡Uou! ¿Quién será, _____?
-Seguramente, nadie. Ahora deja de
leer esta tontería y vámonos ya-comentó ella colgando la toalla.
Ambas salieron del bar apagando todas
las luces detrás de sí y verificando que todo estuviera en orden. Echaron las
rejas y cerraron con llaves. Las dos se montaron en el coche de Candela y como
de costumbre ésta acercaba a _____ hasta la parada de metro que quedaba a unos
diez minutos andando pero como siempre salían tarde no le hacía gracia que su
amiga se fuera andando sola.
-Hasta mañana, Candela-se despidió
_____ abriendo la puerta del coche.
-Hasta mañana, _____. ¿Estas segura de
que no quieres que te lleve a casa?
-Si, no te preocupes- le contestó
bajando.-Cojo el metro y en quince minutos estoy en casa sana y salva. Vete
tranquila. Gracias-le sonrió y cerró la puerta del automóvil.
Y una vez que su amiga se alejó con el
coche, _____ se dispuso a darse la vuelta para ir hacia la entrada del metro,
cuando sin darse cuenta chocó contra algo realmente duro y tropezó con algo
parecido a un pie. Estaba a punto de caer de la peor forma posible cuando
sintió unas manos agarrarle por la cintura y atraerla hacia esa cosa dura
contra la que había chocado. Cuando _____ se quiso dar cuenta, tenía el cuerpo
completamente pegado al cuerpo de un hombre alto y apuesto, que la agarraba con
firmeza. A penas podía verle la cara por la oscuridad y por las pocas luces que
los iluminaba en aquella noche estrellada pero aseguraba que era un hombre
realmente guapo. Al menos su sonrisa lo era. Bonita, blanca y perfecta. Y la
colonia que llevaba era abrumadora; olía realmente bien.
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario