-¡No me puedo creer que te
pillara!-exclamó Candela al otro lado del teléfono.
Hoy, ambas tenían el día de descanso,
era sábado y los fines de semana ninguna de las dos tenían que ir a ese maldito
lugar donde trabajaban cual mulas y aguantaban a Diana para ganar lo que
ganaban. _____ estaba tirada en su cama, con los pies apoyados en la pared
mirando al techo. Acababa de llamar a su amiga en cuanto Liam se había ido a
trabajar, por lo que estaba sola en casa.
-_____tendrías que haber tirado las
cosas en alguna basura de la calle, no en la de tu propia casa.
-Uf, yo que iba a saber que iba a
rebuscar en la basura. Este chico está fatal…
-Es policía, cariño.
-Vale, policía, no un agente del FBI
que busca pruebas en todos lados…
-Es casi igual, ____. Pero bueno ahora
te ha pillado, ¿qué piensas hacer?
-No lo sé, ignorarlo.
-Amiga, no va a ser tan fácil, es que
te ha advertido que te piensa devolver lo que le hiciste…
-Ya…pero ¿qué hago?-le preguntó sin
saber donde meterse.
-Pues…pedirle perdón.
-Ya lo he hecho y no ha servido de
nada, y tengo miedo hasta de comer por si me ha puesto algo antes de
irse…-admitió.
-Buah, pero sinceramente no creo que
te haga nada… eres hermana de su mejor amigo, mejor amigo que le esta prestando
la casa durante una temporada…
-Si, puede ser pero sabe que no le
diría nada a mi hermano porque saldría perdiendo, quien empezó todo esto fui
yo.
-Tienes razón…
-¡En menudo lío estoy metida!-exclamó
tapándose la cara con el brazo.
-Y… _____ no es que quiera cambiarte
de tema, pero… ¿ayer qué paso con Max?
-¡Uf!-exclamó contrariada.-No tengo
ganas de hablar de eso.
-¿Fue muy mal?
-Digamos que le propuse que
volviéramos a ser una pareja y me dio largas.
-Pasa de él, _____-le aconsejó
Candela.
-Por más que lo intento no lo
consigo…-admitió.-Sé que me tiene comiendo de su mano pero…no puedo evitarlo.
-Estas enamorada y el amor hace hacer
tonterías a cualquiera… ¡y más a ti!
_____ resopló.
Tras hablar hasta más de una hora con
Candela por teléfono, _____ decidió relajarse un poco y que mejor forma de
hacerlo que aprovechar la estación y tomar el sol en su balcón. Agarró su móvil
y se puso los cascos. Tomar sol y escuchar música. Sin duda aquello para ____
era vida. Se echó crema bronceadora y se tumbó bocarriba en la tumbona que
tenía en el balcón especialmente para eso. _____ dejó la mente en blanco
mientras escuchaba la música de su móvil. Necesitaba despejarse.
Eran las seis cuando Liam llegó a
casa. Louis ya le había dado una copia de la llave. Éste llevaba una bolsa en
la mano con cosas que había comprado con la intención de cumplir la advertencia
que le había hecho a _____. Nada más entrar empezó a llamarla para saber si
estaba en casa o no. Al ver que no contestaba, se tomó eso como una negativa.
Se dirigió al baño y cerró la puerta, por si acaso. Al rato salió satisfecho con lo que había
hecho. Se dirigió al salón y vio que la puerta corredera estaba abierta. La iba
a cerrar cuando vio a _____ tumbada bocabajo en la tumbona. Tenía la parte de
arriba desabrochada para que no le quedara marca en la espalda. Debía de llevar
ahí desde hacia un tiempo tenía la espalda realmente roja y los ojos cerrados y
una respiración apaciguada.
“Parece un ángel así dormida pero
despierta es el diablo en persona”-pensó él sin dejar de mirarla.
Liam se acercó a ella y poniéndose en
cuclillas cerca de la tumbona, la llamó:
-_____. Oye, despierta. Te has quedado
dormida mientras tomabas sol.
Ella abrió los ojos somnolienta, lo
miró y frunciendo el ceño le preguntó:
-¿Qué haces aquí?
-Desde hace un par de días vivo
aquí-contestó sonriéndole.
-No hablo de eso. ¿No tendrías que
estar trabajando?
-Si, pero los fines de semana salgo a
las seis-le explicó.
Ella suspiró.
-Perfecto, ahora ignórame igual que yo
te ignoro-comentó girando la cabeza y volviendo a apoyarla en la tumbona.
-Vale, pero recuerda que te he
avisado…tienes la espalda rojísima-dijo yéndose.
Cuando se hizo más tarde, abrió los
ojos sobresaltada. Se había vuelto a quedar dormida. Lo último que recordaba era
estar escuchando música y caer en manos de Morfeo además de haber hablado con
Liam pero no sabía si era realidad o lo había soñado. Se levantó y se olvidó de
que llevaba la parte de arriba del biquini desatado, rápidamente se tapó con la
manta que tenía encima y miró hacia el interior de la casa para ver si alguien
la había visto. Por suerte, no. Extrañada miró la manta. Alguien se lo había
puesto encima. Se levantó y sintió un dolor horrible en la parte trasera de las
piernas que rozaron con la tumbona. La espalda le ardía a horrores; normal
después de haberse quedado dormida mientras tomaba el sol. Suspiró y se metió
en el piso mientras se tapaba con la manta. Pasó por detrás del sofá y vio a
Liam viendo la televisión totalmente metido en la película que ni siquiera se
percató de su presencia. _____ fue a su cuarto y buscó algo que ponerse. Tras
elegirlo, se dirigió directamente hacia el baño para darse una ducha. Según su
móvil eran las ocho y diez y a las diez había quedado con Max para cenar.
Entró, cerró la puerta y se desnudó. Abrió el grifo y se metió en la ducha. Se
lavó el pelo y tras echarse el champú y el acondicionador, se echó un poco de
mascarilla. Se lo recogió para que no se mojara mientras esperaba unos diez
minutos a que la mascarilla hiciera efecto. Mientras tanto se enjabonó el
cuerpo. Cuando pasó el tiempo se aclaró el pelo y cuando miró el agua que caía
en la bañera vio que tenía un color distinto, un color…rosado. Asustada se miró
el pelo y soltó un grito que hizo saber a Liam que se había salido con la suya.
-¡Mi pelo, mi pelo está
fucsia!-exclamó frotándolo lo máximo posible intentando quitarle el color.-
Liam ¡te mato!-gritó.
Cansada de frotarse el pelo en vano,
cerró el grifo y salió de la ducha dejando rastro de rosa en cada gota de agua
que pasaba por su pelo. Iba a coger la toalla de la percha del baño cuando se
dio cuenta de que no estaba. No había ni una toalla ni siquiera la de su
hermano o del impresentable de Liam. Ella juraría haber visto todas las toallas
allí. Cuando fue a buscar su ropa, no estaba. No había nada, ni siquiera el
biquini, ni la manta. Nada.
-¿Y ahora?-se preguntó sin encontrar
nada con que secarse o taparse.
Continuará...
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