lunes, 30 de diciembre de 2013

Capitulo 12.

-¡No me puedo creer que te pillara!-exclamó Candela al otro lado del teléfono.
Hoy, ambas tenían el día de descanso, era sábado y los fines de semana ninguna de las dos tenían que ir a ese maldito lugar donde trabajaban cual mulas y aguantaban a Diana para ganar lo que ganaban. _____ estaba tirada en su cama, con los pies apoyados en la pared mirando al techo. Acababa de llamar a su amiga en cuanto Liam se había ido a trabajar, por lo que estaba sola en casa.
-_____tendrías que haber tirado las cosas en alguna basura de la calle, no en la de tu propia casa.
-Uf, yo que iba a saber que iba a rebuscar en la basura. Este chico está fatal…
-Es policía, cariño.
-Vale, policía, no un agente del FBI que busca pruebas en todos lados…
-Es casi igual, ____. Pero bueno ahora te ha pillado, ¿qué piensas hacer?
-No lo sé, ignorarlo.
-Amiga, no va a ser tan fácil, es que te ha advertido que te piensa devolver lo que le hiciste…
-Ya…pero ¿qué hago?-le preguntó sin saber donde meterse.
-Pues…pedirle perdón.
-Ya lo he hecho y no ha servido de nada, y tengo miedo hasta de comer por si me ha puesto algo antes de irse…-admitió.
-Buah, pero sinceramente no creo que te haga nada… eres hermana de su mejor amigo, mejor amigo que le esta prestando la casa durante una temporada…
-Si, puede ser pero sabe que no le diría nada a mi hermano porque saldría perdiendo, quien empezó todo esto fui yo.
-Tienes razón…
-¡En menudo lío estoy metida!-exclamó tapándose la cara con el brazo.
-Y… _____ no es que quiera cambiarte de tema, pero… ¿ayer qué paso con Max?
-¡Uf!-exclamó contrariada.-No tengo ganas de hablar de eso.
-¿Fue muy mal?
-Digamos que le propuse que volviéramos a ser una pareja y me dio largas.
-Pasa de él, _____-le aconsejó Candela.
-Por más que lo intento no lo consigo…-admitió.-Sé que me tiene comiendo de su mano pero…no puedo evitarlo.
-Estas enamorada y el amor hace hacer tonterías a cualquiera… ¡y más a ti!
_____ resopló.

Tras hablar hasta más de una hora con Candela por teléfono, _____ decidió relajarse un poco y que mejor forma de hacerlo que aprovechar la estación y tomar el sol en su balcón. Agarró su móvil y se puso los cascos. Tomar sol y escuchar música. Sin duda aquello para ____ era vida. Se echó crema bronceadora y se tumbó bocarriba en la tumbona que tenía en el balcón especialmente para eso. _____ dejó la mente en blanco mientras escuchaba la música de su móvil. Necesitaba despejarse.

Eran las seis cuando Liam llegó a casa. Louis ya le había dado una copia de la llave. Éste llevaba una bolsa en la mano con cosas que había comprado con la intención de cumplir la advertencia que le había hecho a _____. Nada más entrar empezó a llamarla para saber si estaba en casa o no. Al ver que no contestaba, se tomó eso como una negativa. Se dirigió al baño y cerró la puerta, por si acaso.  Al rato salió satisfecho con lo que había hecho. Se dirigió al salón y vio que la puerta corredera estaba abierta. La iba a cerrar cuando vio a _____ tumbada bocabajo en la tumbona. Tenía la parte de arriba desabrochada para que no le quedara marca en la espalda. Debía de llevar ahí desde hacia un tiempo tenía la espalda realmente roja y los ojos cerrados y una respiración apaciguada.
“Parece un ángel así dormida pero despierta es el diablo en persona”-pensó él sin dejar de mirarla.
Liam se acercó a ella y poniéndose en cuclillas cerca de la tumbona, la llamó:
-_____. Oye, despierta. Te has quedado dormida mientras tomabas sol.
Ella abrió los ojos somnolienta, lo miró y frunciendo el ceño le preguntó:
-¿Qué haces aquí?
-Desde hace un par de días vivo aquí-contestó sonriéndole.
-No hablo de eso. ¿No tendrías que estar trabajando?
-Si, pero los fines de semana salgo a las seis-le explicó.
Ella suspiró.
-Perfecto, ahora ignórame igual que yo te ignoro-comentó girando la cabeza y volviendo a apoyarla en la tumbona.
-Vale, pero recuerda que te he avisado…tienes la espalda rojísima-dijo yéndose.

Cuando se hizo más tarde, abrió los ojos sobresaltada. Se había vuelto a quedar dormida. Lo último que recordaba era estar escuchando música y caer en manos de Morfeo además de haber hablado con Liam pero no sabía si era realidad o lo había soñado. Se levantó y se olvidó de que llevaba la parte de arriba del biquini desatado, rápidamente se tapó con la manta que tenía encima y miró hacia el interior de la casa para ver si alguien la había visto. Por suerte, no. Extrañada miró la manta. Alguien se lo había puesto encima. Se levantó y sintió un dolor horrible en la parte trasera de las piernas que rozaron con la tumbona. La espalda le ardía a horrores; normal después de haberse quedado dormida mientras tomaba el sol. Suspiró y se metió en el piso mientras se tapaba con la manta. Pasó por detrás del sofá y vio a Liam viendo la televisión totalmente metido en la película que ni siquiera se percató de su presencia. _____ fue a su cuarto y buscó algo que ponerse. Tras elegirlo, se dirigió directamente hacia el baño para darse una ducha. Según su móvil eran las ocho y diez y a las diez había quedado con Max para cenar. Entró, cerró la puerta y se desnudó. Abrió el grifo y se metió en la ducha. Se lavó el pelo y tras echarse el champú y el acondicionador, se echó un poco de mascarilla. Se lo recogió para que no se mojara mientras esperaba unos diez minutos a que la mascarilla hiciera efecto. Mientras tanto se enjabonó el cuerpo. Cuando pasó el tiempo se aclaró el pelo y cuando miró el agua que caía en la bañera vio que tenía un color distinto, un color…rosado. Asustada se miró el pelo y soltó un grito que hizo saber a Liam que se había salido con la suya.
-¡Mi pelo, mi pelo está fucsia!-exclamó frotándolo lo máximo posible intentando quitarle el color.- Liam ¡te mato!-gritó.
Cansada de frotarse el pelo en vano, cerró el grifo y salió de la ducha dejando rastro de rosa en cada gota de agua que pasaba por su pelo. Iba a coger la toalla de la percha del baño cuando se dio cuenta de que no estaba. No había ni una toalla ni siquiera la de su hermano o del impresentable de Liam. Ella juraría haber visto todas las toallas allí. Cuando fue a buscar su ropa, no estaba. No había nada, ni siquiera el biquini, ni la manta. Nada.
-¿Y ahora?-se preguntó sin encontrar nada con que secarse o taparse.

Continuará...

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