sábado, 14 de diciembre de 2013

Capitulo 4.

Ella dibujó una falsa sonrisa en su rostro y contestó con simpatía:
-No, nada, que me voy a dormir ya porque estoy cansada y ya es muy tarde. Buenas noches.
Se dio la vuelta para irse a su habitación, cuando su hermano le preguntó:
-_____ ¿dónde has estado?
Ella se tomó un tiempo en comprobar si la pregunta venía con segundas, ya que su hermano sabía perfectamente dónde había estado.
-En el trabajo, ya lo sabes.
-¿Y por qué has tardado tanto en volver?
-Porque he perdido el metro que cojo siempre y he tenido que esperar a otro.
-No habrás estado con…
-¡No!-exclamó interrumpiendo a su hermano antes de que acabara la frase.
-Está bien, para la próxima avisa-dijo antes de volverse hacia su amigo recién llegado y empezar a bombardearle con preguntas.
_____ sintiendo que sobraba se fue a su habitación. Estaba cansada y quería descansar. Se puso el pijama y se metió en la cama sin mas preámbulos. Desde su habitación por su desgracia escuchaba el ruido que los dos hombres estaban haciendo en el salón. No es que estuvieran montando una fiesta pero la habitación de _____ era la más cercana al salón y las paredes del piso parecían de papel. Tras ver que no conseguía dormir, se metió la cabeza debajo de la almohada para amortiguar la charla de su hermano y de esa visita inesperada que por su suerte a la mañana siguiente no estaría.

Por la mañana, ______ se despertó y miró el reloj de su mesilla, las nueve y cinco, su hermano todavía no se había ido a trabajar y podría desayunar con él. Se levantó y salió de su habitación. Entró en el baño y se lavó los dientes con pocas ganas. Tenía sueño, mucho sueño y los párpados le pesaban. Se lavó la cara y se miró al espejo. Tenía un aspecto espantoso. Su pelo le hacía parecer un auténtico león de la sabana pero ya se encargaría de él después de desayunar. Su estómago estaba reclamando comida. Abrió la puerta del baño y se fue directa a la cocina. Cuando entró se encontró con su hermano sentado en la isla de la cocina bebiendo café mientras leía el periódico.
Se parece tanto a papá”-pensó _____.
-Buenos días-saludó Louis levantando la vista del periódico.
-Buenos días, hermanito-dijo pasando a su lado y dándole un beso en la mejilla.- ¿Qué tal has dormido?
-Bien, me acosté un poco tarde pero mereció la pena.
-¿Ah, si? ¿Y eso por qué?-preguntó cogiendo la leche del frigorífico.
-Tenía muchas ganas de ver a Liam, hacía tanto tiempo que no pasaba un rato divertido con él.
-Mmm… ¡qué bien! Me alegro por ti. Una pena que se haya ido… y que viva tan lejos ¿verdad?-dijo haciendo una mueca que ironizaba sus palabras a escondidas de su hermano.
-Ehm… de eso quería hablarte-dijo Louis mirando a su hermana que se sentaba a su lado con una taza de leche y agarraba la caja de cereales.-Verás… ¿te importaría si Liam se viniese a vivir con nosotros una temporada hasta que encontrase un piso asequible?
-¿Cómo?-preguntó con los ojos abiertos de par en par.- ¿Qué se venga a vivir aquí?
-Si, pero será solo unas semanas.
-Eh…-_____se quedó sin palabras.
No, no, no, no, no. Me niego. Liam viviendo aquí. ¡NO! ¿Dónde se ha visto? Viviendo con… ¡NO!”-pensó mientras buscaba las palabras adecuadas para negarse y a la vez quedar bien delante de su hermano.
-Bueno, yo… no es que no quiera-mintió.-Pero… no hay sitio. ¿Dónde va a dormir?
-Él me ha dicho que se conforma con el sofá del salón. No será mucho tiempo así que…
Mierda de sofá cama”-pensó apretando los dientes.
-Mira, _____ si no te parece bien me lo dices sin problemas…pero es que no tiene donde ir y me ha dado pena porque ha tenido problemas con la familia y…
Y… nosotros tenemos que acogerlo en nuestra casa cual niño huérfano de la calle ¡JA!”-pensó ella.
-¿Y? ¿Qué me dices?-preguntó Louis.
-Ehm…-vocalizó tratando de buscar alguna otra escusa para evitar aquello.-Eh…vale, no hay problema-dijo con una sonrisa postiza dibujada en la cara.
_____ se levantó y se dispuso a hacer tostadas.
En que lio me estoy metiendo. Vivir con él, con ese idiota…”-pensó.
-Buenos días, Louis-dijo una voz a espaldas de _____.
Ella al reconocer la voz apretó la tostada que tenía en la mano con más fuerza de la deseada. Se dio la vuelta para comprobar si su mente la había traicionado y no era él pero…era él. Liam. Lo siguió con la mirada mientras este recorría la cocina y buscaba una taza siguiendo las indicaciones de su amigo. Llevaba la misma ropa del día anterior, eso era señal de que se habría quedado a dormir porque era demasiado tarde cuando acabaron de hablar. Se acababa de levantar y seguía igual de guapo que el día anterior.
Dios, no quiero vivir con él. Va a ser un infierno”-pensó ella.
-Buenos días, leoncita-le saludó Liam con una sonrisa.
La palabra por la que la había llamado, hizo que _____ recordará su aspecto. Pelos de loca, vestida con el pijama de verano de su gatita favorita y unas pantuflas del Pato Donald. Si, un atuendo muy apropiado para tener visitas en casa.
-Buenos días-dijo por pura cortesía.
-Así que te gusta la comida triturada…-comentó él haciendo que ella lo mirase sin comprender a que venía aquello.
Él le señaló la mano llena de pan hecho pedazos.
-Eh... no creía que el pan fuera tan blando-dijo _____ sin pensar.
-Ah…-vocalizó el frunciendo el ceño sin comprender la situación.-Claro.
_____ se dio la vuelta y siguió con lo que estaba haciendo. Una vez que puso el pan en la tostadora, se volvió a sentar en la isla de la cocina. Louis terminó de desayunar y dándole un beso en la cabeza a su hermana, se despidió:
-Me marcho chicos. Nos vemos por la noche.
_____ miró sorprendida a su hermano.
Espera, espera…piensa dejarme a solas con él. Oh, no, oh, no”-pensó mientras se levantaba rápidamente y seguía a su hermano hacia la puerta de la entrada.
-¿A dónde vas?-preguntó cuando lo alcanzó.
-A trabajar.
-¿Y…-empezó a bajar el tono de voz.-…me dejas sola con él?
-Si, ¿por qué?
-Bueno…es que…yo no…no lo conozco.
-Pues trata de conocerlo ahora, te caerá genial-le sonrió.-Además, eso de que no lo conoces es relativo, es Liam, el que iba a casa día si y día también cuando éramos pequeños.
-Ya, pero…-trató de decir pero finalmente claudicó.-Nada, da igual. Vete ya o llegarás tarde.
-Venga, adiós. Te veo esta noche-se despidió y se fue.
Cuando la puerta se cerró, _____ resopló. Era mejor haberse quedado en la cama.
-Gracias-dijo una voz a su espalda.

_____ se dio la vuelta y lo miró. Allí estaba él, apoyado en el marco de la puerta de la cocina con los brazos cruzados y con una sonrisa en la cara. Esa maldita sonrisa que la trastornaba.

Continuará...

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